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DOMINGO 31 DE AGOSTO REFLEXIÓN EVANGÉLICA

  • Admin
  • 30 jul
  • 3 Min. de lectura

A. Evangelio


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Domingo ordinario

31 de agosto 2025

Lc 14,1.7 14


Un sábado, Jesús entró en casa de uno de los principales fariseos y ellos le estaban observando. Notando cómo elegían los primeros puestos, les propuso esta parábola: Cuando te inviten a una boda, no te sientes en el puesto principal dice,no sea que venga otro de más categoría que tú, y el que te invitó te diga: “Amigo, baja más abajo”, y entonces tengas que humillarte.

Al contrario, cuando te inviten, ve y siéntate en el último lugar, para que cuando llegue el que te invitó te diga: “Amigo, sube más arriba”, y entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado. También decía al que le había invitado: Cuando des una comida o cena, no invites a tus amigos, ni hermanos, ni parientes ni vecinos ricos, para que tampoco te recompensen invitándote. Al contrario, cuando des un banquete, invita a pobres, tullidos, cojos y ciegos; y serás bienaventurado, porque no tienen cómo corresponderte; te pagarán en la resurrección de los justos.




B. Pasajes paralelos


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Evangelio de Mateo

23, 11-12


El mayor entre vosotros será vuestro servidor. Porque el que se ensalce será humillado, y el que se humille será ensalzado.


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Evangelio de Mateo

6, 1-4


Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su recompensa. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha,para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.



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Evangelio de Lucas

18, 9-14


Dijo también esta parábola a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás: Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo y el otro publicano. El fariseo, de pie, oraba así en su interior: “¡Oh Dios! te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de todo lo que poseo.” El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “¡Oh Dios! ten compasión de mí, que soy pecador.” Os digo que este bajó a su casa justificado y no aquel. Porque todo el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.»



C. Iluminación desde el Antiguo Testamento



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Proverbios 25, 6-7


No te muestres ambicioso delante del rey, ni ocupes un lugar entre los grandes; mejor que te digan: «Sube aquí», a que te humillen diciendo: «Baja más abajo».



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Isaías 57,15


“Porque así dice el Alto y Excelso, que habita la eternidad y cuyo nombre es Santo: Habito en lo alto y santo, pero también con el humilde y abatido de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes.”



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Deuteronomio 10,17-19


Porque el Señor vuestro Dios es el Dios de dioses y Señor de señores,

Dios grande, poderoso y terrible, que no hace acepción de personas

ni acepta soborno; él hace justicia al huérfano y a la viuda,

y ama al forastero, dándole pan y vestido. Amad, pues, al forastero, porque también vosotros fuisteis forasteros en la tierra de Egipto.



D. Contexto cultural en los tiempos de Jesús


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En la cultura judía, el mandato de amar al extranjero tenía un significado y concreto, porque Israel había sido extranjero en Egipto. En tiempos de Jesús, esta enseñanza era también un llamado a la hospitalidad y al respeto mutuo, especialmente en comunidades con diversidad étnica y religiosa.




E. Preguntas para Reflexionar


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  1. ¿Cómo vivo yo el llamado a la justicia y misericordia hacia los más vulnerables (huérfanos, viudas, extranjeros) en mi comunidad?


  1. ¿Estoy atento/a a las necesidades de quienes suelen ser marginados o ignorados?


  2. ¿De qué maneras puedo ser más solidario/a y hospitalario/a con las personas que son “extranjeras” o diferentes en mi entorno?


  3. ¿Reconozco que Dios no hace acepción de personas y actúa con justicia imparcial?

¿Cómo eso afecta mi manera de juzgar o tratar a los demás?


  1. Jesús nos enseñó a amar sin esperar recompensas humanas, como en el Evangelio de Lucas 14. ¿Qué me impide practicar esa generosidad desinteresada?


  2. ¿Cómo puedo imitar a Dios que ama y protege a los más necesitados?

¿Qué acciones concretas puedo realizar para vivir esta enseñanza?







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