DOMINGO 22 DE JUNIO REFLEXIÓN EVANGÉLICA
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- 29 may
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A. Evangelio

Solemnidad de Corpus Christi
22 de junio del 2025
Lc 9, 11b-17
Jesús los acogió y volvió a hablarles del Reino de Dios mientras devolvía la salud a los que necesitaban ser atendidos. El día comenzaba a declinar. Los Doce se acercaron para decirle: «Despide a la gente para que se busquen alojamiento y comida en las aldeas y pueblecitos de los alrededores, porque aquí estamos lejos de todo. Jesús les contestó: «Denles ustedes mismos de comer. Ellos dijeron: No tenemos más que cinco panes y dos pescados. ¿O desearías, tal vez, que vayamos nosotros a comprar alimentos para todo este gentío? De hecho había unos cinco mil hombres. Pero Jesús dijo a sus discípulos: Hagan sentar a la gente en grupos de cincuenta. Así lo hicieron los discípulos, y todos se sentaron. Jesús entonces tomó los cinco panes y los dos pescados, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, los partió y se los entregó a sus discípulos para que los distribuyeran a la gente. Todos comieron hasta saciarse. Después se recogieron los pedazos que habían sobrado, y llenaron doce canastos.
B. Pasajes paralelos

Evangelio de Mateo
14, 13-21
Al conocer esa noticia, Jesús se alejó discretamente de allí en una barca y fue a un lugar despoblado. Pero la gente lo supo y en seguida lo siguieron por tierra desde sus pueblos. Al desembarcar Jesús y encontrarse con tan gran gentío, sintió compasión de ellos y sanó a sus enfermos, uando ya caía la tarde, sus discípulos se le acercaron, diciendo: Estamos en un lugar despoblado, y ya ha pasado la hora. Despide a esta gente para que se vayan a las aldeas y se compren algo de comer. Pero Jesús les dijo: «No tienen por qué irse; denles ustedes de comer. Ellos respondieron: Aquí sólo tenemos cinco panes y dos pescados. Jesús les dijo: «Tráiganmelos para acá. Y mandó a la gente que se sentara en el pasto. Tomó los cinco panes y los dos pescados, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los entregó a los discípulos. Y los discípulos los daban a la gente.Todos comieron y se saciaron, y se recogieron los pedazos que sobraron: ¡doce canastos llenos! Los que habían comido eran unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.

Evangelio de Marcos
6, 30-44
Al volver los apóstoles a donde estaba Jesús, le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Jesús les dijo: Vámonos aparte, a un lugar retirado, y descansarán un poco. Porque eran tantos los que iban y venían que no les quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron solos en una barca a un lugar despoblado. Pero la gente vio cómo se iban, y muchos cayeron en la cuenta; y se dirigieron allá a pie. De todos los pueblos la gente se fue corriendo y llegaron antes que ellos. Al desembarcar, Jesús vio toda aquella gente, y sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles largamente. Se había hecho tarde. Los discípulos se le acercaron y le dijeron: Estamos en un lugar despoblado y ya se ha hecho tarde; despide a la gente para que vayan a las aldeas y a los pueblos más cercanos y se compren algo de comer. Jesús les contestó: «Denles ustedes de comer. Ellos dijeron: ¿Y quieres que vayamos nosotros a comprar doscientos denarios de pan para dárselo? Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan a ver.» Volvieron y le dijeron: Hay cinco, y además hay dos pescados. Entonces les dijo que hicieran sentar a la gente en grupos sobre el pasto verde. Se acomodaron en grupos de cien y de cincuenta. Tomó Jesús los cinco panes y los dos pescados, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Asimismo repartió los dos pescados entre todos. Comieron todos hasta saciarse; incluso se llenaron doce canastos con los pedazos de pan, sin contar lo que sobró de los pescados. Los que habían comido eran unos cinco mil hombres.

Evangelio de Juan
6, 1-15
Después Jesús pasó a la otra orilla del lago de Galilea, cerca de Tiberíades. Le seguía un enorme gentío, a causa de las señales milagrosas que le veían hacer en los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos.Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús, pues, levantó los ojos y, al ver el numeroso gentío que acudía a él, dijo a Felipe: ¿Dónde iremos a comprar pan para que coma esa gente? Se lo preguntaba para ponerlo a prueba, pues él sabía bien lo que iba a hacer. Felipe le respondió: Doscientas monedas de plata no alcanzarían para dar a cada uno un pedazo. Otro discípulo, Andrés, hermano de Simón Pedro, dijo: Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es esto para tanta gente? Jesús les dijo: «Hagan que se sienta la gente.» Había mucho pasto en aquel lugar, y se sentaron los hombres en número de unos cinco mil. Entonces Jesús tomó los panes, dio las gracias y los repartió entre los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, y todos recibieron cuanto quisieron. Cuando quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: Recojan los pedazos que han sobrado para que no se pierda nada. Los recogieron y llenaron doce canastos con los pedazos que no se habían comido: eran las sobras de los cinco panes de cebada. Al ver esta señal que Jesús había hecho, los hombres decían: Este es sin duda el Profeta que había de venir al mundo. Jesús se dio cuenta de que iban a tomarlo por la fuerza para proclamarlo rey, y nuevamente huyó al monte él solo.
C. Iluminación desde el Antiguo Testamento

Génesis 14, 18-20
En aquellos días, Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino, y bendijo a Abraham diciendo: 'Bendito sea Abraham de parte del Dios altísimo, creador de cielos y tierra; bendito sea el Dios altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos'. Y Abraham le dio el diezmo de todo."

Proverbios 9, 1-6
La Sabiduría construyó su casa, levantó sus siete columnas. Mató a sus animales y preparó sus vinos, ya había puesto su mesa. Ordenó pregonar por medio de sus sirvientes, desde las alturas de la ciudad alta: Dense una vuelta por aquí, ustedes que no saben!" A los que no piensan en nada les dice: "¡Vengan a comer mi pan y a beber mi vino que he preparado!"
"¡Dejen a un lado su locura y vivirán, anden por los caminos de la verdad!"

Éxodo 24, 3-8
Moisés bajó del monte y contó al pueblo todas estas palabras de Yavé y todas sus leyes. Contestaron de una sola voz: «Nosotros cumpliremos con todo lo que Yavé ha dicho. Y Moisés escribió todas las palabras de Yavé.Al despuntar el día, Moisés levantó un altar al pie del monte y, al lado del altar, doce piedras por las doce tribus de Israel. Luego mandó algunos jóvenes para que ofrecieran víctimas consumidas por el fuego y sacrificaran novillos como sacrificios de comunión. Moisés tomó la mitad de la sangre y la echó en vasijas; con la otra mitad roció el altar. Después tomó el libro de la Alianza y lo leyó en presencia del pueblo. Respondieron: «Obedeceremos a Yavé y haremos todo lo que él pide. Entonces Moisés tomó la sangre con la que roció el pueblo, diciendo: Esta es la sangre de la Alianza que Yavé ha hecho con ustedes, conforme a todos estos compromisos.
D. Contexto cultural en los tiempos de Jesús

Jesús vivió y predicó en una sociedad profundamente religiosa pero también dividida. Su mensaje del Reino de Dios cuestionaba tanto al poder religioso (hipocresía, legalismo) como al político (dominación, exclusión).
Al identificarse con los pobres, enfermos y pecadores, rompió con muchas normas sociales y religiosas, generando escándalo y oposición.
Su ejecución en la cruz fue producto de esa tensión: acusado de sedición por los romanos y de blasfemia por las autoridades judías.
E. Preguntas para Reflexionar

¿De qué manera experimento hoy el hambre que solo Dios puede saciar?
¿Confío en que Dios puede multiplicar lo poco que tengo si lo pongo en sus manos?
¿Qué actitudes me impiden compartir con los demás lo que poseo?
¿Vivo la Eucaristía como un encuentro real con Jesús que transforma mi vida?
¿Estoy dispuesto a colaborar, como los discípulos, aunque mis recursos parezcan insuficientes?
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