DOMINGO 13 DE JULIO REFLEXÓN EVANGÉLICA
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- 1 jul
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A. Evangelio

Tiempo ordinario
13 de julio 2025
Lucas 10, 25-37
En aquel tiempo, se levantó un maestro de la ley y preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?. Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?.
El respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza” y con toda tu mente.
Y “a tu prójimo como a ti mismo”. Él le dijo: Has respondido correctamente. Haz esto y tendrás la vida. Pero el maestro de la ley, queriendo justificarse, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?. Respondió Jesús diciendo: Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos,
que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba él y, al verlo, se compadeció, y acercándose, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó.
Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero
y le dijo: “Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva”.
¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?. Él dijo: El que practicó la misericordia con él.
Jesús le dijo: Anda y haz tú lo mismo.
B. Pasajes paralelos

Evangelio de Marcos
12, 28–34
Uno de los escribas que los oyó discutir, viendo lo bien que les había respondido, se acercó y le preguntó:
«¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?». Jesús respondió:
«El primero es: Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos». El escriba le dijo:
«Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que Dios es único y no hay otro fuera de él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia, y con todas las fuerzas,
y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Jesús, viendo que había respondido con sensatez, le dijo:
«No estás lejos del Reino de Dios».
Y nadie se atrevía ya a hacerle más preguntas.

Evangelio de Mateo
22, 34-40
Los fariseos, al enterarse de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron, y uno de ellos, que era doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?. Él le dijo: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el principal y el primero de los mandamientos. El segundo es semejante a este Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
En estos dos mandamientos se sostienen toda la Ley y los Profetas.
C. Iluminación desde el Antiguo Testamento

Levítico 19,18
«No te vengarás ni guardarás rencor contra los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.»

Deuteronomio 10, 18-19
Él defiende la causa del huérfano y de la viuda, y ama al extranjero dándole alimento y vestido. Amen al extranjero, pues ustedes también fueron extranjeros en la tierra de Egipto.

Isaías 58, 6-10
¿No es más bien el ayuno que yo escogí:desatar las ligaduras de impiedad,
soltar las coyundas del yugo, dejar libres a los quebrantados, romper todo yugo? ¿No es acaso compartir tu pan con el hambriento, y a los pobres sin techo introducir en casa, cubrir al desnudo cuando lo ves, y no esconderte de tu hermano? Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salud brotará pronto; tu justicia irá delante de ti, y la gloria del Señor será tu retaguardia.
Entonces clamarás, y el Señor responderá; gritarás, y él dirá: «Aquí estoy». Si quitas de en medio de ti el yugo, el dedo acusador, y el hablar vanamente, y si das tu pan al hambriento, y sacias al afligido; entonces nacerá tu luz en las tinieblas, y tu oscuridad será como el mediodía.
D. Contexto cultural en los tiempos de Jesús

Los fariseos y maestros de la Ley enseñaban la observancia detallada de la Ley mosaica (Torá), pero a menudo sin enfatizar la misericordia o la justicia social. La Ley tenía mandatos sobre amar al prójimo y cuidar a los pobres, pero en la práctica esto no siempre se vivía.
El culto en el templo era central, pero Jesús denuncia que el culto ritual vacío sin obras de misericordia no agrada a Dios.
Jesús usa parábolas para desafiar la mentalidad excluyente y superficial, mostrando que el amor a Dios debe manifestarse en amor y ayuda concreta al prójimo, incluso si es “enemigo” o “extranjero”.
E. Preguntas para Reflexionar

¿Cómo vivo el mandamiento de amar a Dios con todo mi corazón, alma, mente y fuerzas en mi día a día?
¿De qué maneras concretas demuestro amor a mi prójimo, especialmente a los que son diferentes o están en necesidad?
¿Qué prejuicios o barreras me impiden amar al “prójimo” que Jesús nos invita a amar?
¿Cómo puedo crecer en la coherencia entre mi fe y mis acciones?
¿Reconozco a Jesús en los “más pequeños”, en los necesitados que me rodean?
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